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jueves, 18 de octubre de 2012

PROBLEMAS CON LOS QUE SE ENFRENTA UN ALERGICO


Ser alérgico a un alimento determinado entraña una serie de problemas asociados a esa enfermedad, sobre todo en los casos de niños pequeños. La señora Ester Fonteiriz, representante de Inmunitas Vera, potente asociación creada, entre otros objetivos, para la defensa del paciente con alergia alimentaria, destaca la indefensión ante la que se encuentran los más pequeños. Un adulto es consciente de lo que puede y no puede comer pero en el caso de los niños es fácil que se cuelen las denominadas trazas en su plato, con lo que su vida corre peligro.
Por lo que respecta a los colegios, muchos se desentienden de esta problemática y recomiendan que el menor no coma en el centro ya que ellos rehuyen de cualquier tipo de responsabilidad. Sería recomendable que en los comedores escolares hubiera siempre un nutricionista, un dietista o alguien cualificado para controlar los menús en cada caso. Sin embargo aún queda mucho camino por recorrer para lograr que un niño con alguna problemática de este tipo sea tratado con las mismas condiciones que el resto de sus compañeros.
La mayor parte de los alergólogos coincide en que hace falta más formación en cuanto a alergias, sobre todo entre el personal sanitario. Los médicos de cabecera deberían estar preparados para distinguir un cuadro alérgico de estas características y saber atender este tipo de enfermedades.  Por otra parte muchas personas de a pie de calle tampoco están informadas sobre este tipo de afectación por lo que puede que sean personas alérgicas y que ni tan siquiera lo sepan.
Los restauradores son uno de los colectivos que más interesado debería estar en el ámbito de las alergias alimentarias porque les afecta directamente. No mezclar utensilios de cocina y ser conocedores de todos y cada uno de los ingredientes que manipulan será una garantía de seguridad hacia el cliente alérgico a los alimentos. Cabe destacar que no hay que confundir a un alérgico con una persona maniática. El maniático puede comerse lo que quiera aunque no le guste; el alérgico puede perder la vida si come aquello que su cuerpo no acepta. Los señores Cristian Ferrer y Pedro Monje, cocineros de prestigio, emprendedores, chefs nómadas, y colaboradores del Proyecto FAR, son el ejemplo de unos profesionales de la cocina conscientes del riesgo que comporta enfrentarse con un cliente con una alergia alimentaria. Su profesión les ha llevado a cocinar para personajes famosos, como Madonna o Victor Valdés,  y a ocuparse de los menús de diversos eventos donde se congregan miles de personas, entre ellas algún alérgico seguro. Su experiencia les lleva a mirar las fichas técnicas de todos los alimentos que manipulan para asegurarse de que no van a producir ningún brote alérgico en el cliente. También aconsejan a las personas que padezcan este tipo de reacciones que cuando hagan una reserva en un restaurante comenten su problemática y si es preciso que la vuelvan a repetir una vez en el local. Además sería conveniente que los restaurantes dispusieran de adrenalina en su botiquín por si hubiera una emergencia a causa de una reacción.
El colectivo de celíacos, en cambio, si que ha empezado a ganar terreno en esta batalla ya que poco a poco se han ido adaptando la mayoría de menús a sus especiales circunstancias. La sociedad se ha sensibilizado con este tipo de intolerancia y a día de hoy ya se ofrece cerveza y pan especiales para celiacos. Con el tiempo sería interesante que ocurriera lo mismo con personas hipertensas, diabéticas y, evidentemente, alérgicas.

Información obtenida de: Vivir mejor.com. Tertulia con los doctores Arantza Vega Castro, alergóloga, jefe de la Sección de Alergia del Hospital Universitario de Guadalajara y Coordinadora Científica del Proyecto FAR (Formación Alergológica para Restauradores), el doctor Enrique Martí Guadaño

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